El Impuesto a las Ganancias se ha transformado en uno de los tributos más importantes para el Gobierno nacional, que en un contexto recesivo tiene dificultades para sostener su objetivo de terminar el año con déficit fiscal cero.
Al tratarse de un impuesto no vinculado al consumo sino a un ingreso nominal, el efecto de la crisis económica no se nota tanto sobre su recaudación, como sí ocurre sobre el IVA o el impuesto a los cheques. En abril pasado, la AFIP ingresó por concepto de Ganancias $ 72.783 millones, lo que implicó un incremento interanual del 75%, contra una inflación anual del 55%, destaca la nota de iProfesional.
Según datos oficiales, durante 2018 a 1.979.491 trabajadores, jubilados, pensionados y autónomos les retuvieron o pagaron Ganancias, a un promedio de $ 77.045 por persona. Esa cifra fue menor a la de 2017, cuando el tributo alcanzó a 2.028.639 contribuyentes, pero mayor a la que había antes de la asunción de Mauricio Macri: a fines de 2015 había 1.189.342 que lo abonaban.
Así, la cantidad de argentinos que pagaban el Impuesto a las Ganancias aumentó un 62,5% desde enero de 2016 hasta fines de 2018, de acuerdo con números oficiales.
Desde enero -y por todo 2019- el mínimo no imponible a partir del cual los asalariados tributan el impuesto a las Ganancias subió un 28,29%. En ese mismo porcentaje se incrementaron las escalas y algunas de las deducciones de este gravamen.